De mi experiencia de 11 años como hermana mayor puedo decir una cosa: Ser hermana mayor puede ser difícil, pero satisfactorio.
Creo que tener un hermano o hermana menor es algo que cualquiera desea al menos una vez en la vida, en lo personal yo siempre quise una hermana menor, pero Dios me envió un hermano menor y puede decir que a pesar de mi decepción inicial, en la actualidad soy muy feliz siendo su hermana mayor, y estoy orgullosa de él.
¿Qué es ser una hermana mayor?
Es ser un ejemplo a seguir, es cuidar y ayudar a educar a tu hermano/a, es apoyarlo y aconsejarlo cuando lo necesite, es animarlo cuando esta triste y muchas otras cosas más.
Yo se que hay veces en las que los hermanos se pelean/discuten, pero esto es algo normal, los conflictos son parte de la convivencia y la resolución de estos es una práctica para la vida real.
Desde pequeña mis padres siempre me dijeron que ser hermana mayor es una práctica para ser madre y ahora puedo decir que es cierto.
Recuerdo una vez acompañe a mi hermano a al cumpleaños de su amigo, todo iba bien hasta que una amiga de mi hermanito se me acerco preguntándome: ¿Usted es la mamá de Juanito?, les diré que me quede fría, nunca pensé que eso pasaría y armándome con toda mi calma y autocontrol le respondí que solo era su hermana, la pobre niña se disculpó avergonzada y se fue. Ese accidente me dejo pensando que estaba haciendo un buen trabajo al ser la hermana mayor.
En la actualidad tanto mi hermanito como yo estamos creciendo y se que con el tiempo cada uno tomará su camino, pero hasta que eso pase quiero y trataré de ser una buena hermana, se que no soy ni seré la mejor hermana del mundo pero con tal de ayudar a que él sea una buena persona con eso me basta.